Golpe de capa-niebla

Base de Evaluación: [Evaluación de Resonancia 1617-G] Según los informes del Resonador Aalto, hubo una rara ocurrencia de niebla densa el día de su nacimiento. La Marca Tácita de Aalto se encuentra en el lado izquierdo de su cuello. Aparte de ganar la habilidad de transformarse brevemente en una forma similar a la niebla, no se han observado cambios físicos significativos en el cuerpo de Aalto después de su Despertar. El Resonador Aalto destaca en el arte del camuflaje y la transformación, a menudo asumiendo un estado físico esquivo y fluctuante, similar a las características de la niebla. Las pruebas adicionales realizadas para determinar las propiedades de la niebla que conjura han dado resultados no concluyentes. El Patrón de Espectro de Resonancia de Aalto coincide con nuestros Patrones de Espectro conocidos de la niebla. Se han observado fuertes Reacciones de Sintonía durante las pruebas, confirmando la conexión entre la niebla y el Despertar de Aalto. Además, el análisis de las muestras de prueba ha revelado una Curva de Rabelle no convergente con una forma de onda periódica notable, que clasifica a Aalto como un Resonador congénito. Anotación del Investigador: Como se indica en el informe, este Resonador es astuto y un maestro de los disfraces, lo que pone en duda la credibilidad de sus relatos. Anotación a la anotación: Como un intermediario que honra la integridad. Yo, Aalto, juro solemnemente que el relato que presenté es 100% verdad. Ni más, ni menos.

El gráfico de ondas del Resonador Aalto muestra fluctuaciones elípticas estables en el Dominio del tiempo sin patrones anormales. Tras el examen, todos los resultados caen dentro de los parámetros normales. En términos de Criticidad resonante, el Resonador Aalto se clasifica en un nivel moderado con alta estabilidad, lo que resulta en un bajo riesgo de overclock. El Resonador Aalto desapareció a mitad de camino del diagnóstico de Overclock, por lo que no se obtuvieron registros de historial de Overclock.

Un mal trato.

O eso parecía.

Un día, Aalto se hizo conocido por la información que tenía sobre un antiguo tesoro. Desde niños traviesos hasta ancianos en sus sesentas, muchos querían comprar esa información, pero él rechazó cortésmente cada oferta.

"Oye, pequeño. Mejor no gastes tu mesada en esto. Vamos a llevarte a casa."

"Lo siento, abuelo. No acepto fondos de jubilación."

Todos estos individuos asumieron que no ofrecían lo suficiente para despertar el interés de Aalto, pero en realidad, él simplemente estaba esperando al comprador adecuado.

Entonces, un día, ese comprador finalmente apareció, envuelto en capas. El hombre cerró el trato con Aalto a un precio sorprendentemente bajo. Los demás se sorprendieron por la disposición de Aalto a aceptar una oferta tan mala.

Días después, una pantalla electrónica en la oficina del departamento de policía de la Nueva Federación transmitía las últimas noticias: la tan buscada banda de ladrones finalmente había sido atrapada.

Una nube de niebla se infiltró en la oficina del jefe de policía, oscureciendo la pantalla.

"Ya basta de televisión. Es hora de cerrar nuestro trato."

El jefe dejó caer una carpeta de archivos sobre el escritorio, junto con una maleta llena de Monedas.

"Vaya truco que has hecho. Dime, Sr. Aalto, ¿cómo estabas tan seguro de que morderían el anzuelo? Alardeando de valiosa información sobre el tesoro legendario a plena luz del día, ¿no te preocupaba despertar sus sospechas?"

"No subestimes a los jugadores que persiguen el dinero. Lo arriesgarán todo, incluso sus vidas. Para ellos, el beneficio vale cualquier peligro."

El jefe de policía empujó los archivos y la maleta hacia Aalto.

"Aquí está tu pago, y la lista de nombres que solicitaste. Ha sido un placer hacer negocios."

"Igualmente."

Aalto abrió la maleta, sacó una sola Moneda Caparazón y lo lanzó al aire. Antes de que la Mondeda pudiera tocar el suelo, ya se había transformado en niebla, desapareciendo de la vista.

Un intercambio justo.

Bajo las reglas de Aalto.

Según Aalto, cada cliente es igual. Ya sea un alto funcionario, un aristócrata, un ciudadano común en las calles de la ciudad, o un Exiliado rechazado por la sociedad, no son diferentes. Aalto nunca categoriza a sus clientes en rangos, no hay alto y bajo, no hay ricos y pobres. Tratar a cada cliente por igual siempre ha sido su principio inquebrantable.

Sin embargo, siempre habrá quienes intenten poner a prueba su límite.

"Aalto, ¿verdad? Vienes con nosotros."

Aalto percibió la mala intención detrás de la aproximación del visitante, pero puso su sonrisa de bienvenida como siempre.

"Aww... Lo siento, amigo, pero eso no es posible. Este cliente aquí estaba en la fila primero."

De repente, el otro cliente fue empujado a un lado mientras los matones irrumpían, causando caos y pánico en la sala abarrotada. Los demás clientes huyeron, temerosos de sufrir lesiones.

Aalto rápidamente acudió en ayuda de la víctima, guiándola a un lugar seguro con una mano suave. Con una actitud tranquila, enderezó una silla volcada y casualmente puso un brazo alrededor del hombro del matón agitado.

"Escucha, amigo, todo tiene sus reglas. Tengo las mías escritas aquí, ¿ves? 'El primero en llegar, el primero en ser atendido. No empujar ni empujar.' ¿Qué se supone que debo hacer con que rompas dos reglas de una vez?"

El matón sacudió su brazo, "Si nuestro jefe quiere ver a alguien, consigue lo que quiere. Esa es la regla que seguimos."

La niebla oscureció la multitud cuando terminaron las palabras de Aalto. Rápidamente incitó al caos, haciendo que los matones se volvieran unos contra otros en pánico.

"Vaya, lo siento. Olvidé mencionar otra regla: 'No se permiten tratos turbios.' Hazle saber a tu jefe que no rompa ninguna regla la próxima vez. No se puede hacer negocios sin ellas."

Con la cola entre las piernas, los matones huyeron, dejando a Aalto para volver a su sonrisa de bienvenida habitual.

"¡Muy bien entonces! Retomemos donde lo dejamos. ¿Qué era lo que querías preguntar de nuevo, buen señor?"

Un dúo perfecto.

Así es como se autodenominan.

Siempre que se menciona a Aalto, el intermediario de información, la gente no puede evitar pensar en esa pequeña niña con coletas rosas. Los dos son casi inseparables, y su presencia trae un estallido de ruido a donde quiera que vayan.

Fuera de un edificio fuertemente custodiado, un hombre con gafas de sol se apoyaba casualmente en la pared, mientras la pequeña niña a su lado usaba sus manos como binoculares para escanear el área.

"¿Ves el objetivo? El que estamos buscando."

"¡Sí, sí! Objetivo avistado. Encore lo hará muy rápido, siempre y cuando Aalto no se quede atrás."

"Vaya. Encore, me has roto el corazón. Mi plan es perfecto..."

Antes de que pudiera terminar, Encore ya había salido disparada con Cloudy y Cosmos, dejando las palabras de Aalto en el aire.

A lo lejos, Aalto podía ver a Encore hablando con el guardia, haciendo grandes gestos en el aire, y de vez en cuando señalándolo a él.

Cuando Aalto llegó, el guardia lo dejó entrar y le dio una palmada en el hombro. Parecía compasivo.

"Amigo, debe ser duro criar a tu hija sola todos estos años."

Aalto simplemente asintió en silenciosa camaradería. Llevó a Encore dentro del edificio sin encontrar ningún problema.

"¿Por qué la gente siempre cree tus historias, Aalto? ¡Todas suenan tan falsas!"

"Verás, mis historias están hechas a medida para cada situación."

"¿Qué se supone que significa eso?"

"Es un padre soltero. Encontraría esa desgarradora historia familiar que contaste muy relacionada. Además, ¿qué quieres decir con que mis historias son falsas?"

Cloudy y Cosmos saltaron a los hombros de Encore y cantaron un coro de "Baa, baa baa."

"¡Mira! Los Woolies también piensan que suenan super falsas."

"Bueno, falsas o no, hicieron el trabajo muy bien. Bien, aquí viene lo verdaderamente importante. Es hora de sacar lo mejor de ti."

"Es hora de la aventura de los Woolies. ¡Vamos a hacerlo!"

Un servicio gratuito.

Al menos, así lo veía Encore.

Aalto es conocido por ser un intermediario impulsado por el beneficio. Paga suficiente dinero y él proporcionará cualquier información. Por lo tanto, sus posibles clientes siempre vienen con una gran suma de dinero preparada.

Sin embargo, sus pagos deseados a veces pueden ser impredecibles y extraños, que van desde una perla negra hasta una nube en el cielo o incluso una pieza de música.

Algunos pueden hacer un berrinche por la aparentemente ridícula solicitud, pero Aalto simplemente les mostraría la puerta con una sonrisa educada.

"Mi estimado cliente, ¿alguna vez has oído el dicho 'la amabilidad te hace rico'? Realmente necesitas cuidar tu lenguaje. Además, es solo un negocio, no una caridad. Si no te apetece hacer el pago, entonces me temo que tendremos que hacer negocios en otro momento."

Una vez, un pequeño niño desaliñado paseó de un lado a otro de la puerta de Aalto durante varios días.

"Hola, pequeño, ¿por qué la cara larga? Déjame adivinar. ¿Perdiste a tu cachorro?"

"¡Vaya! ¡Realmente lo sabes todo! Entonces, ¿sabes dónde fue Pebbles?"

"Sabes, no hay tal cosa como un almuerzo gratis. Si quieres mi ayuda, entonces tendrás que pagar."

El niño negó con la cabeza, decepcionado, "Pero no tengo nada conmigo."

"Bueno, eso es bastante desafortunado... Veamos. ¿Qué tal si me pagas después de que encuentre a Pebbles para ti?"

La niebla de Aalto pronto se extendió a cada rincón. Finalmente, encontró al cachorro perdido fuera de la ciudad y lo trajo de vuelta a salvo.

Bajo las estrellas parpadeantes de la noche, un cachorro feliz corrió hacia el niño, moviendo la cola de emoción.

Cuando la historia de hoy llegó a su fin, Encore no pudo evitar preguntar, "¡No sabía que ayudarías a la gente gratis!"

Aalto respondió con una sonrisa, jugando con una pequeña canica en su mano. En su superficie había una cara sonriente tallada de manera tosca, que recordaba a la artesanía de un niño.

"¡Bienvenido a la Costa Negra! ¿Te gustaría empezar regando las flores o salvando a la humanidad?"

La Costa Negra está situada en una isla remota. Aparte de los monzones regulares, las corrientes y las mariposas, la isla solo es visitada por las mareas crecientes y decrecientes. Esta área inexplorada no se encuentra en ningún mapa mundial.

Esta organización secreta está dedicada a los elevados objetivos de la salvación mundial: el tipo de objetivos que la gente solo esperaría ver en los cuentos.

No es de extrañar que la gente a menudo luche por creer que Aalto, una figura aparentemente no seria y esquiva, está vinculada a este enigmático grupo.

Para entender verdaderamente a Aalto, uno necesita ver a través de su enigmático exterior para descubrir el corazón amable y firme que late en su interior.

Él era muy consciente de que su niebla solo no podía ocultar las heridas permanentes infligidas por El Lamento en este planeta.

Es por eso que aceptó de inmediato una cooperación a largo plazo con la Costa Negra en su primera visita a la isla a través de una invitación.

Hasta ahora, ha proporcionado a la Costa Negra una gran cantidad de inteligencia y les ha ayudado a reclutar candidatos de confianza para reforzar su Grupo de expertos.

Él ayudará a la Costa Negra a armar sus planes... Hasta que esa persona regrese.