Amphoreus, la tierra eterna
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Céfiro final de Amphoreus
NECK
No hay paz eterna en este mundo, incluso el amanecer sostenido por Kefale se extinguirá. La eternidad solo existe en los cálidos recuerdos. En una delgada página de la tierra eterna, descansan todos los recuerdos de los treinta millones de ciclos de reencarnación de Amphoreus, donde todos los infinitos "ayer" se apilan para formar infinitos "mañanas". Es una tierra de paz, el fin del céfiro, recuerdos que apenas comienzan a brotar. Ya no hay ventiscas, ni frío intenso, ni lluvias torrenciales; bajo el horizonte rosado, los pétalos cubren las plateadas orillas. Aquellos que fueron arrastrados por las olas de la historia encontraron refugio en moradas de paz. En sus largos momentos de ocio, la gente comenzó a crear danzas nunca antes vistas y a escribir obras de teatro sin precedentes. En las termas, la gente habla de héroes, las estrellas, y las guerras y refugiados parecen ya un pasado lejano. También reflexionan sobre esa otra vida difusa: los cocineros de hoy fueron los eruditos de ayer, y quienes una vez fueron extraños ahora son compañeros de vida. Aquellos que una vez fueron llamados los Herederos de Crisos... Su viaje perdido llega aquí a su fin. Los ojos de la Tejedora de Oro vuelven a atesorar la belleza, las manos de la Doncella Sagrada ya no se tiñen con el frío de la muerte, la ladrona ágil corre solo por diversión, y la médica ya no derrama lágrimas por sus pacientes. El príncipe heredero de Kremnos siente el calor del hogar, al igual que el joven de cabello blanco de Elisios aún recuerda las llamas de guerra que consumieron su tierra natal, pero al despertar de un gran sueño, sus padres le acarician la cabeza mientras miden su estatura. A veces, atraviesan el corredor que divide el día y la noche, donde el brillante cosmos parece estar al alcance de la mano. Los sabios del Soto suelen detenerse aquí para observar, mientras las jóvenes pelirrojas imaginan las estrellas fugaces como trenes dando el Salto. Durante los festivales, la cantante del Océano entona historias de aventuras de los Anónimos, y la conocida como emperatriz contempla los mundos lejanos, levanta una copa de hidromiel y se la dedica como una bendición a los héroes... Las semillas del futuro aún no han brotado, mientras que los pétalos caídos del pasado ya han formado un cálido mar de flores. En un instante durante el viaje por las estrellas, los Anónimos quizás sientan aquellas miradas expectantes. Esta página de la eternidad, llevada por las alas trazacaminos, también tiene la posibilidad de abrir un nuevo capítulo. En cuanto a lo que los viejos amigos nunca dijeron, los Anónimos ya lo han comprendido. "... Y tú, llevarás nuestra historia hacia el mañana".
Versos eternos de Amphoreus
OBJECT
El poema llamado Amphoreus, donde el tiempo es sus páginas y el caos es su comienzo. La sangre dorada graba las huellas de la resistencia, y {F#la heroína}{M#el héroe} buscallamas avanza primero en la gran obra de la creación. El capítulo de la Senda revela un mensaje de salvación, mil amaneceres que se alzan gradualmente. El capítulo de la Ley juega al ajedrez con las deidades, solo para que el mundo se sostenga entre las estrellas. El capítulo del Océano, aunque las olas se rompan, resiste al vacío con mil años de perseverancia. El capítulo del Romance guía el Viaje buscallamas, tejiendo el futuro para todos con hilos dorados. El capítulo del Conflicto, un camino de sangre y fuego, cuyas cicatrices escriben una gloria solitaria. El capítulo del Engaño, la verdad envuelta en mentiras, perpetúa la luz en la noche eterna. El capítulo de la Vida y la Muerte abraza las almas perdidas y hace que el ciclo de la vida y muerte fluya eternamente. El capítulo de la Razón, la vida se convierte en llamas, y el alma cuestiona la verdad del mundo. El capítulo del Cielo, cuya tenue luz sana los corazones, remienda el amanecer y el ocaso con voluntad humana. El capítulo del Sostén del Mundo, las llamas de la ira consumen la jaula, los héroes traen el resplandor del alba. El capítulo de la Tierra forja linajes eternos, protege a los seres que vagan por la tierra. El capítulo del Tiempo vigila los innumerables pasados, rinde homenaje a lo que no será olvidado. ... Durante treinta millones de eras, una joven sostuvo un pincel, nutriendo con sus recuerdos un corazón inocente, donde trece destellos se fundieron en el color del amor. Cuando una estrella fugaz cruzó el cielo, {F#una heroína}{M#un héroe} de otro mundo tomó el pincel y, junto a sus compañeros, emprendió nuevamente un viaje buscallamas, escribiendo un final diferente a través de trazar caminos. Al final de la historia, en la tierra pura eterna, las flores florecieron en abundancia. En un extremo de la noche, las estrellas brillaban intensamente; en el otro extremo del día, la gente despertaba frotándose los ojos. El céfiro soplaba suavemente, y la gente se daba los buenos días, tal como lo habían hecho durante treinta millones de eras. Aquí, la historia marca su punto final, como un sol ardiente que ya no deslumbra, como una brújula que traza caminos, como un ojo lleno de amor. "En este mundo, fundirán la sangre dorada en sus cuerpos. ¿Recordará el destino sus nombres en el futuro?". Hoy, la pregunta del poema ha encontrado su respuesta. Los recuerdos que despiertan al amanecer no olvidarán el nombre de Amphoreus.
